El Departamento de Energía (DOE, por sus siglas en inglés) ha subido a su sitio un gráfico interactivo en el que se explica por qué la energía solar con plantas basadas en el espacio (SBSP, siglas de Space-Based Solar Power) es, aunque no existan desarrollos científicos concretos por el momento, una idea plausible.
Para ello se cita un trabajo publicado en 2009 por un laboratorio dependiente del DOE que plantea esa posibilidad. Concretamente, el aprovechamiento de la energía solar, de la que apenas un 30% llega la Tierra, a partir de satélites muñidos de reflectores y un trasmisor de microondas o de laser. Los reflectores o espejos inflables distribuidos en una vasta franja de espacio dirigirían la radiación solar hacia paneles solares y estos transformarían energía solar ya sea como microondas o láser, y así un haz de energía ininterrumpida sería dirigido hacia la Tierra, donde estaciones receptoras podrían recoger el haz y agregarlo a la red eléctrica.
Los dos diseños más comúnmente discutidos para las SBSP son un gran y alejado transmisor vía satélite de microondas espacial, y un más pequeño y cercano satélite transmisor láser.
Satélite de Transmisión de Microondas
En órbita geoestacionaria (GEO) alrededor de la Tierra, a unos 35.000 kilómetros sobre la superficie terrestre, con reflectores solares que abarcan hasta 3 km y un peso de más de 80.000 toneladas. Serían capaces de generar múltiples GW de energía, suficiente para abastecer a una ciudad importante de Estados Unidos.
Según se especifica, la larga longitud de onda de la microonda requiere una amplia antena, y permite que la energía traspase la atmósfera terrestre, a niveles de baja intensidad, apenas más fuertes que el sol del mediodía. Las aves y los aviones no notarían nada y no se verían afectados en sus vuelos.
El costo estimado del lanzamiento, montaje y operación de un satélite GEO está previsto en decenas de miles de millones de dólares. Es probable que se requieran 40 lanzamientos para que todos los materiales necesarios alcancen el espacio . En la Tierra, habría que instalar una rectena, palabra compuesta de rectifying antenna, o antena rectificadora, que convierte las microondas en corriente continua, que abarcaría una gran circunferencia de entre 3 y 10 km de diámetro.
Satélite de Transmisión de Laser
Orbita en baja órbita terrestre (LEO), a unos 400 km sobre la superficie de la Tierra. Con un peso de 10 toneladas métricas, este satélite sería una fracción del peso de su contraparte de microondas. Más barato también, se predice que costaría casi 500 millones de dólares ponerlo en marcha y operarlo. Además toda la operación sería posible de realizar con un solo cohete, lo que reduciría drásticamente el costo y el tiempo para la producción. También tendría un haz de solo 2 metros de diámetro, aproximadamente, en lugar de varios km, una reducción drástica e importante.
Mientras que este satélite es mucho más ligero, más barato y más fácil de implementar que su contraparte de microondas, sigue habiendo graves problemas, como la idea relacionada a los láseres de alta potencia en el espacio y el temor de la militarización del espacio, reto que podría remediarse mediante la limitación de la dirección en la que la que el sistema de láser podría transmitir su poder.
De tamaño pequeño, también es de una capacidad correspondientemente menor de entre 1 a 10 MW por satélite, con lo cual sería necesario una flota de satélites similares para una producción importante.
No hay comentarios:
Publicar un comentario