Las plantas trepadoras se han utilizado a lo largo de los siglos para ornamentar y aislar las casas. Partiendo de ese mismo concepto una empresa estadounidense propone una enredadera artificial capaz de producir electricidad aprovechando la radiación solar.
Solar Ivy es el nombre con que la empresa neoyorkina Smit ha bautizado a su enredadera solar, un producto que sus promotores anuncian como una manera de transformar un edificio en central de producción de electricidad al tiempo que se obtiene un ornamento para una fachada o se construye un anuncio publicitario con, por ejemplo, el logotipo de una empresa o la marca del producto que se quiere vender.
El ingenio se construye mediante una malla metálica de cable de acero inoxidable que se adapta a las características morfológicas del edificio donde se va a instalar. Las posibilidades son prácticamente infinitas. Esa malla es el soporte en el que “brotarán” las hojas que producirán electricidad a partir de la radiación solar. Se pueden fabricar de diferentes colores, desde al gris, y se pueden colocar a cientos, dependiendo del efecto que se quiera conseguir en la fachada del edificio.
Cada hoja solar cuesta 13 euros, es un precio orientativo porque hay tres modelos distintos en función del material con el que se han construido. Las hojas solares pueden haber sido fabricadas con materiales orgánicos, con CIGS o con silicio amorfo. Estas últimas son las más caras, casi 16 euros la unidad. Los diferentes modelos y la radiación solar del lugar donde se han instalado determinarán una producción que sus creadores anuncian de entre 0,5 y 4 vatios por hoja.
El ingenio se construye mediante una malla metálica de cable de acero inoxidable que se adapta a las características morfológicas del edificio donde se va a instalar. Las posibilidades son prácticamente infinitas. Esa malla es el soporte en el que “brotarán” las hojas que producirán electricidad a partir de la radiación solar. Se pueden fabricar de diferentes colores, desde al gris, y se pueden colocar a cientos, dependiendo del efecto que se quiera conseguir en la fachada del edificio.
Cada hoja solar cuesta 13 euros, es un precio orientativo porque hay tres modelos distintos en función del material con el que se han construido. Las hojas solares pueden haber sido fabricadas con materiales orgánicos, con CIGS o con silicio amorfo. Estas últimas son las más caras, casi 16 euros la unidad. Los diferentes modelos y la radiación solar del lugar donde se han instalado determinarán una producción que sus creadores anuncian de entre 0,5 y 4 vatios por hoja.
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